Son Cubano Hecho en Mexico


¿ Son Peloteros ? No, Son Cuba de Marianao


En marzo de 1928, un grupo de son cubano piso por vez primera el puerto de Veracruz. Los ocho integrantes del Son Cuba de Marianao, habían sido contratados en La Habana por el empresario mexicano José R. Campillo, para cumplir una temporada en el Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México.Cuando llego este son cubano a Veracruz, en México ya se conocía el danzón, también se conocían los sones de moda en la isla en aquel entonces porque los marineros cubanos que venían en los barcos llevaban consigo discos del Septeto Nacional, del Trió Matamoros y del Sexteto Habanero, que invariablemente se quedaban entre la población porteña.Los veracruzanos tenían nociones de la música cubana y ya tocaban algo de tropical, sin embargo, no sabían como se integraba un son. Desconocían los instrumentos necesarios para reproducir las guarachas, guajiras y sones. Los grupos jarochos tenían otro sonido que no era del tipo que poseía el Son Cuba de Marianao. Además estaba de moda el tango.Estos ritmos cubanos vinieron a revolucionar los gustos musicales de los mexicanos. Varios integrantes del Son Cuba de Marianao, después de que se separó el grupo en 1930, se quedaron en México. Tanto el trompetista y bajista Arsenio Núñez Molina, como el guitarrista y tresero Eulalio Ruíz de Mantilla, trabajaron con grupos mexicanos. Núñez falleció aquí el 31 de agosto de 1985, de una trombosis cerebral, Ruiz de Mantilla inmigro a Estados Unidos y actualmente vive en Los Ángeles California.Según Núñez el Son Cuba de Marianao fue fundado en 1924 por un señor "José Luis". Cuando este murió, Arsenio "paso" a ser su director. El grupo se llamo así por el puerto de Marianao. Antes de hacer la travesía a tierras mexicanas, dijo, el Son Cuba ya había realizado dos viajes a Estados Unidos. Al regresar de la segunda gira, se encontraba en La Habana la compañía de bataclan mexicano con un espectáculo directo del Teatro Esperanza Iris. "El difunto José R. Campillo era el dueño de la compañía", afirmó el sonero. "Nosotros trabajábamos entonces en un cabaret de nombre La Verbena, un lugar turístico a la orilla del mar, que era de don Emilio Suarez, y Campillo iba todas las noches a verme. Prepárense que me los voy a llevar, advirtió, y a la semana nos trajo para acá". Al respecto Ruiz de Mantilla comento que Campillo tenía la costumbre de ir a La Habana cada año con su compañía de espectáculos. En 1928, por el mes de Enero, el empresario fue a cenar a La Verbena, oyó al grupo y le gusto. Mando llamar al tresero y le pregunto si le gustaría ir a México. "Le dije que si, como no", conto Lalo Ruiz, "entonces, me dijo que iba a dejar a su representante en Cuba para arreglar los contratos". El día 5 de marzo, a las cinco de la tarde, salieron para México en el barco Español. El día 7, al medio día, desembarcaron en el muelle de la "T" del puerto de Veracruz. A las seis de la tarde ya estaban en el tren con rumbo a la Ciudad de México. Campillo trajo el Son Cuba de Marianao a México con un pasaporte general que en ese entonces se Expedia, recordó Núñez. Como ya estaban contratados, el grupo venia tocando en el barco. El capitán de la nave los escucho y como era muy amigo de Juan de Dios Bojorquez, el cónsul general de México en La Habana, quien les había dado el pasaporte, les ofreció que fueran a "primera" porque viajaban en segunda clase, dijo el trompetista. A la hora de desembarcar en Veracruz hubo problemas con las autoridades a causa del pasaporte general. Pero en cuanto Bojorquez, quien fue uno de los constituyentes, se dio cuenta del detalle, en un "dos por tres" arreglo el asunto. Del trasatlántico bajaron, entre los pasajeros, los ocho integrantes del Son Cuba de Marianao y el bailarín. Eran: Arsenio Núñez Molina, director y trompeta; Félix Catalicio Canto y Eulalio Ruiz de Mantilla, guitarras; Agusto Forest Flores, marimbula; Heberto Aguilar Núñez “El Neno”, Tres; Miguel Meza, Bongoes; Salvador Durañones, Timbales; Lico Madera, maracas y cantante y el bailarín José González Pimienta. 

La dotación de son que conocieron los mexicanos para entonces había avanzado. El son como primero se toco en Santiago de Cuba se componía de tres, guitarra, bongoes, clave y botija, instrumento que antecedió a la marimbula al hacerla de bajo. El Son Cuba de Marianao llamo la atención desde el momento en que piso tierra. "El publico veracruzano que nos vio llegar creía que éramos peloteros", platico Ruiz de Mantilla. "Nos empezaron a gritar desde el muelle, “oye, chico, de donde eres?, ¿chico con qué equipo juegas?, ¿quien es el pitcher?” Dijimos, venimos a tocar nuestra música, el son". La palabra "son" fue música para los oídos jarochos. "En el Parque Zamora estaba el puesto de Lucas donde se vendía café y antojitos", relato el tresero. "Allí ese señor tenía una cantidad enorme de discos cubanos. La gente iba en la noche a tomar café y a escuchar aquella música". En cuanto los veracruzanos se enteraron de la Ilegada del Son Cuba al puerto, se citaron en el Hotel Diligencias porque sabían que allí íbamos a descansar un momento. Nos hicieron tocar unas cuatro piezas, pero cuando llego el representante dijo, “ya terminen esto porque es hora de irnos para México”, a las 18:00 horas, salió el tren de la línea el Mexicano. A los cinco días, o sea, el 13 de marzo de 1928, el Son Cuba de Marianao debutó en el Teatro Esperanza Iris como parte del espectáculo de José R. Campillo, que incluía nombres como Chapín y Nava, El Chato Rugama y Pompín. Ruíz de Mantilla recordó que en ese tiempo empezaba Delia Magaña, El Chaflán era muy joven, a la vez que estaba también el Trió Garnica-Asencio. "Venimos por un mes y nos quedamos tres", anotó el trompetista. Uno de sus uniformes consistía en un saco azul, pantalón color crema, zapatos de charol en dos tonos, negro y blanco, un sombrero Panamá con una cinta negra. Al término de los tres meses, y con la misma compañía, el Son Cuba salió de gira por toda la República, finalizando en el puerto de Veracrúz. Allí Campillo les dió una alternativa: sus pasajes para regresarse a Cuba o dinero. Hubo consenso, " nos queremos quedar aquí ". Y como no, "Nos trataban bien, desde el señor presidente de la República y todo el pueblo de México", dijo Lalo Ruíz. 



El dueño del Café de La Merced los contrató por un mes para tocar en la noche. Allí fue cuando los "muchachos de aquella época que tenían afición por el son, se arrimaban con nosotros; y aprendíeron bien". Efectivamente, el conjunto cubano, "el primerito" que vino a México, causó furor. La juventud portuaria acogió con entusiasmo los nuevos ritmos. El Cuba de Marianao vino a constituir una escuela para los primeros soneros mexicanos, como Pedro Domínguez Moscovita, José Macías El Tapatío y Luis Iturriaga, por mencionar a solo unos cuantos, que en ese tiempo tenían 11, 12 y 14 años, respectivamente. Ruíz de Mantilla se acordó de un grupo, al que le decían " Los Alvaradeños ", que se formó con un tres tocado "a su modo con lo poquito que habían aprendido". A pesar de estar "muy ocupado", Lalo enseñó a muchos como se afinaba el tres y alguno que otro tono. Al mes regresaron a la Ciudad de México para trabajar en el Teatro María Guerrero, luego en el Teatro Lírico. Posteriormente, organizaron una gira "por nuestra cuenta" porque querían estar más tiempo en Veracrúz, después Tampíco, e irse hasta Yucatán. Núñez apuntó que de Veracrúz el son se fué para Orizaba, donde tocáron en el Teatro Joaquín de la Llave; a Xalapa; Ciudad Victoria; Laredo; Tecate; al Teatro Degollado de Guadalajara, y todo el sureste, donde estuviéron participando en los carnavales. "Así nos fuimos dando a conocer, de aquí para allá, a veces nos regresamos al mismo lugar porque nos pedían y luego volvíamos a salir". En la tierra del "mayab" empezó la separación. " Miguél Meza se fué para su casa, el timbalero se casó en Mérida, Pimienta se quedó en Coatzacoalcos, contó Lalo Ruíz. Por su parte, Núñez había dicho que el Son Cuba se desbarató porque dos de sus integrantes " muriéron, aunque, claro, fuéron reemplazados, otros regresáron a Cuba o emigráron a Estados Unidos. Félix Catalicio Cánto, el guitarrista, murió en una balacera en Orizaba. Arsenio Núñez fué un hombre de larga vida musical, pero curiosamente sólo perteneció a dos grupos, aparte del Son Cuba, fué miembro fundador y trabajó 30 años con la Orquesta Antillana de Arturo Núñez, nada suyo a pesar de la coincidencia del apellido. El Caballero Antillano vino a México en 1940, como parte de la compañía del mago Fumanchú. El Son Cuba de Marianao tocó en diferentes ocasiones para los presidentes Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón y Emilio Portes Gíl. Todos los jueves el grupo iba al Castillo de Chapultepec para divertir a los familiares de Portes Gil y un círculo selecto de invitados. El 17 de julio de 1928, el día que León Toral mató a Obregón en el restaurante La Bombilla, de San Ángel, el Marianao estaba contratado para trabajar allí, según Núñez el grupo apenas iba llegando a la entrada del lugar cuando se enteraron del asesinato. Aunque no tuvieron nada que ver con lo sucedido, de todos modos fueron a dar a la cárcel tres días mientras los hechos se aclararon. El Son Cuba había llegado a México con un pasaporte general, como se querían quedar, y se les cumplió el permiso, fueron con el Presidente Emilio Portes Gil ya que amenizaban todas las fiestas del Castillo de Chapultepec. Al escuchar la petición del grupo, Portes Gil contestó "Ya están quedados". El director de migración, de apellido Castro, por orden presidencial, les arreglo la residencia. Cuando el Son Cuba de Marianao toco en el Café de La Merced, Lalo Ruíz conoció a Manuel Peregrino, hermano de Toña La Negra, un día, en 1931, se encontraron en la Ciudad de México, Manuel le dijo, " vamos con mi cuñado Cházaro para que te oiga, a ver si te quedas con nosotros ". El Son Marabú trabajaba en la estación de radio XEW, la que estaba en el Cine Olimpia en la calle 16 de Septiembre, e iba a entrar al Teatro Politeama. Guillermo Cházaro, quien manejaba el Son Marabú, oyó al tresero y propuso llevarlo con Agustín Lara. El compositor y pianista empezó a tocar indicando a Lalo, "sígame". " Le gusto mitrabajo y me quedé ", dijo Ruíz de Mantilla. 

 El grupo hizo varias giras como Son Marabú, pero, "cuando Agustín se puso a trabajar en el Estudio Azul de la W, Cházaro dijo, vamos a organizar un grupo para acompañar a Toña". Así fue como se hizo la primera edición del Son Clave de Oro a principios de 1933. Casi los mismos elementos que integraron el Son Marabú formaron parte del Son Clave de Oro. Ruíz de Mantilla mantuvo su Lugar de residencia en la Ciudad de México hasta 1937, cuando en una gira por el norte con Toña La Negra se quedó en Nuevo Laredo. Estuvo en este poblado fronterizo hasta 1942. De regreso a la capital, organizó el Son Veracrúz junto con los cubanos Clemente “Chicho” Piquero y Modesto Durán, y los veracruzanos Manuel Peregrino y Raúl de la Rosa, entre otros. Su colaboración duró ocho meses. Dijo que en ese tiempo Guillermo Cházaro ofreció dejarle el Son Clave de Oro; el tresero declinó el ofrecimiento argumentando tener un compromiso con el Son Veracrúz. En 1943 realizo su última gira con Toña La Negra. Luego, trabajó en el cabaret Río Rosa con la Orquesta Antillana de Arturo Núñez hasta finales de ese año, en que regresó a Nuevo Laredo. Allí organizó orquestas hasta 1950 en que se fué para Estados Unidos.


Mayo, 1995


Fuente: Libro “ Recuerdos del Son ” de Merry Mac Máster.
Aqui les dejo algunas grabaciones de grupos soneros mexicanos, algunos ya no existen y otros siguen tocando por ahi, principalmente en Veracruz.

Recordando al Son Clave de Oro 



01. Shampoo de cariño
 02. Se murio Pachita
 03. Acabando
 04. El manicero
 05. El cuento del sapo
 06. El caballo y la montura
 07. Cascarita de limón
 08. Por poquito me tumba
 09. Un meneito na'ma
 10. Por el prado
 11. Dulce conga
 12. Me estoy poniendo viejo


 

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